Vitamina c, para el alma
Es fin de semana y Guillermo se ha llevado a Paloma a comprar algo que necesitaba para su clase de Biología. Solo por esta vez decidí quedarme en casa para organizar mi closet: ropa, accesorios y skincare o “las cremas de la cara”. Desde hace un tiempo venía pensando escribir este artículo, pero uno de los productos de mi rutina de cuidado de la piel, me hizo darme cuenta que este es el momento indicado. Hoy te voy a contar cómo llegó la vitamina C a mi vida, y los beneficios que me ha aportado desde entonces.
Empecemos por definirla ¿qué es la vitamina C?
La vitamina C o ácido ascórbico es muy utilizada como suplemento alimenticio porque es muy económica y su uso es seguro. Es decir, no tiene muchas contraindicaciones ni necesita control médico frecuente. También es conocida por su efecto antioxidante, y por ser un micronutriente esencial que nuestro cuerpo no produce, lo que significa que necesitamos adquirirla a través de los alimentos. Es fundamental para muchos procesos metabólicos, relacionados con la obtención y producción de energía en nuestro cuerpo.
Todo esto suena muy científico, estoy de acuerdo, pero en palabras sencillas, la vitamina C es indispensable para mantenernos saludables. Para llevar este concepto a la práctica, te quiero contar cómo llegó este nutriente a mi hogar y nunca más se irá.
¿Vitamina C para las defensas?
En el 2020, la vitamina C se convirtió en tendencia y se escuchaba mucho sobre sus aportes a las defensas del organismo. En ese momento de incertidumbre y temor por la pandemia del Covid-19, que apenas empezaba, lo único que me preocupaba era la salud de mi familia. Paloma, Guillermo y yo nos aislamos apenas pudimos, empezamos a trabajar desde casa y la niña empezó a recibir sus clases online. Sin embargo, quise ir más allá al momento de cuidarlos, empecé a buscar formas de alimentación antiinflamatoria, rica en nutrientes y en vitamina C.
Para entonces, los medios de comunicación hablaban de este nutriente como una barrera protectora contra el Covid-19, al igual que como para cualquier gripa. Me volví una abanderada de la vitamina C y la busqué en todos los alimentos del mercado para esos días. Estos son los alimentos que descubrí que tenían un alto porcentaje: